Elohim
Yahveh
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Hombre
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
Voluntad De Dios
Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
Dios me dio nueva vida
Me diagnosticaron cáncer en fase terminal en el Hospital del Cantón de Uri, Suiza, para complicarlo aún más, sufrí una embolia pulmonar. Los médicos me dieron solo tres horas más de vida, pero Dios me sanó. Fue un milagro que desafió todas las expectativas y pronósticos médicos. Durante ese tiempo de desesperación, me aferré a mi fe con toda mi fuerza, y Dios me respondió con su gracia y poder sanador.
Sin embargo, el mayor milagro que Dios ha hecho en mi vida es hacerme su hijo. Esto es algo que ni los médicos, ni los científicos, ni los poderosos, ni nadie en este mundo ni en el otro podría darme. Solo Dios, por su inmensa misericordia, me llamó a ser su hijo, con todo lo que esto implica, fuera de esto me dió también los regalos inmerecidos. Esta transformación espiritual ha sido más profunda y significativa que cualquier sanación física.
Como su hijo, he experimentado una paz, una alegría que trascienden las circunstancias. El ya no es solo Dios, sino mi Dios y Padre, quien me guía y me sostiene diariamente. Además, Él es el Padre de mi Señor Jesucristo, quien me mostró el camino a esta relación íntima y transformadora con mi Creador. A través de Jesús, he aprendido lo que significa vivir una vida de fe, esperanza y amor. He sido testigo de su bondad y fidelidad en cada aspecto de mi vida, desde las pequeñas bendiciones cotidianas hasta los momentos de crisis y triunfo.
En mi vida diaria, trato de reflejar el amor y la misericordia que he recibido. Me esfuerzo por ser un testimonio vivo de la gracia de Dios, compartiendo mi historia para inspirar a otros y para demostrar que con Dios, todo es posible. A Él le doy gracias por medio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien hizo posible esta nueva vida y esta nueva identidad como hijo de Dios.
Ernesto Alvarez